Aprovechando que muchos de vosotros venís a Bálamo a comprar marisco cocido para llevar a casa y preparar vuestras deliciosas recetas en vuestras propias cocinas, en el post de hoy os traemos unos cuantos tips para conservar el pescado fresco en el caso de que un día os vayáis por la opción de comprarlo crudo.
¡Vamos!
Si bien es cierto que el pescado fresco cuando mejor está es cuando se consume fresco del día, también es posible disfrutarlo pasados unos días, siempre y cuando sigáis una serie de tips para que su sabor y sus propiedades se conserven. Os contamos aquí:
Es importante saber que podemos mantener el pescado fresco un máximo de dos días en el refrigerador para que conserve todas sus propiedades y nutrientes. Según lo compráis es importante lavarlo bien y quitarle las vísceras.
Cuando ya tenéis limpio el pescado, conviene colocarlo encima de un plato y envolverlo con un trapo ligeramente húmedo en la zona más fría del refrigerador para mantenerlo más fresco.
Si lo que queréis es congelarlo, el proceso varía un poco. Podéis colocar el pescado en una bandeja apta para el congelador y envolverlo en papel film sin lavarlo antes. El proceso de limpieza lo haréis una vez esté descongelado.
Es importante congelar el pescado en diferentes bandejas o paquetes, según el tipo de pescado para que no se mezclen sabores.
Si vais a consumir una pieza que ha sido congelada, conviene descongelarla dentro del refrigerador y no a temperatura ambiente. Para ello, debéis descongelarla 24 horas antes de su consumo.
Si vais a tomar el pescado crudo, conviene en cualquier caso congelarlo para evitar el anisakis (una larva que puede permanecer en algunos pescados). Congelar la pieza por 72 horas previene un posible contagio.
Esperamos que llevéis a cabo estos tips que os hemos compartido para que disfrutéis de todas las propiedades más ricas de los pescados que lleváis a casa.
Nuestras deliciosas chips caseras dan mucho de qué hablar y es por ello, que en el post de hoy os vamos a contar cómo las preparamos. Os animamos a que las preparéis igual en casa.
Lavamos las patatas con agua fría, dejándolas un minuto bajo el chorro de agua
Pasamos a pelarlas a través de nuestra máquina. Vosotros las podéis pelar manualmente con un cuchillo o con un pelador directamente.
Posteriormente, nosotros pasamos las patatas ya peladas por la máquina cortadora. Vosotros podéis hacer este paso manualmente como el anterior, cortando las patatas en rodajas muy finas.
Ponemos a calentar aceite de oliva virgen extra, una vez esté hirviendo, colocamos las patatas en la freidora, alrededor de siete minutos (dependiendo de la cantidad)
Luego las sacamos y las colocamos encima de una servilleta para que escurra el aceite.
Finalmente, espolvoreamos sal al gusto y ¡voilá!
Así es como nuestras patatas pasan a ser esas deliciosas chips caseras crujientes que muchos deseáis. Ahora que tenéis nuestra receta, podéis poneros manos a la obra. No olvidéis contarnos qué tal os quedaron.
El food style se basa en el sentido de la vista para conseguir el interés de la comida. ¿Eres de esos que tiene que hacer una foto de su plato antes de empezar a comérselo y antojar a todo Instagram? Pues si eres de esos, o si simplemente quieres aprender a hacer una buena foto de tu comida, este post es para ti.
Partiendo de la base que la mejor foto es la que logre que el plato se vea muy apetecible, toma nota de los siguientes consejos para lograr la foto perfecta.
Si utilizas tu móvil o una cámara pequeña, ten en cuenta que la calidad de la imagen será afectada en ambientes con poca iluminación, por lo cual es importante revisar la sensibilidad ISO (este es un parámetro que nos permite decirle al sensor cuánta luz queremos que entre en la foto), para que no aumente demasiado y así evitar ruido en la imagen. Lo que puedes hacer en caso de estar en un restaurante con poca luz, es utilizar una apertura de diafragma lo más abierta posible para así ganar luz y no perder nitidez.
Sujeta con firmeza tu móvil para disminuir el riesgo de que tus capturas queden borrosas, no quieres fotos movidas, ¿verdad?
Ubícate cerca de una fuente de luz natural, pero evita que los rayos solares den directamente sobre el plato.
Olvídate de las personas de otras mesas que puedan mirarte raro al hacer fotos de tu plato antes de comerlo. No tengas miedo de moverlo y de jugar con los mejores ángulos que encuentres para lograr tu foto perfecta. (Tampoco tardes mucho que se enfría)
Aprende a utilizar las opciones de fotografía de tu móvil o cámara, como también las herramientas de edición.
Bonus track: te compartimos una de nuestras app favoritas y sencillas para hacer fotos de nuestros platos: Foodie. Disponible Android y IOS, nos ayuda a sacar las fotos más ricas. Y si eres de esos que no son muy fan de las apps te dejamos un tip que a nosotros nos funciona muy bien: intenta que tu plato siempre esté en primer plano y el fondo desenfocado, así le darás un toque más estético y profesional a tus fotos.
Esperamos que con estos consejos logres hacer la foto perfecta a tu plato cada que vayas a comer a Bálamo, y por supuesto, al subirla no olvides mencionarnos y poner la locación, nos encantaría ver tus fotos.
Si hablamos de aperitivos fáciles, rápidos y deliciosos, sin duda tenemos que hablar de las navajas. Pero antes de empezar, ¿sabemos qué son y de dónde vienen? Primero vamos a enterarnos un poquito.
Las navajas son un molusco bivalvo que habitan en los fondos del mar, más exactamente, se encuentran enterradas en la arena, donde excavan agujeros verticales hondos. Lo que es una curiosidad, es que estos agujeros tienen forma de ocho y además, suelen medir alrededor de 50 centímetros de profundidad. Por todo lo largo de estos agujeros, las navajas se desplazan dilatando su pie para captar y filtrar los nutrientes disueltos en el agua.
¡Y es que nos encanta su sabor a mar!
Sea cual sea su cocción, a la plancha o al vapor, son uno de nuestros aperitivos favoritos evidentemente por su sabor, y es que, ¿a quién no le encanta mojar el pan en el aceite que las acompaña aliñado de ajo, perejil y limón? A nosotros se nos hace la boca agua de solo pensarlo. Y aquí es cuando podemos confirmar que aquella frase de cajón “menos es más” es totalmente acertada, ya que este aperitivo al ser aliñado con tan pocos ingredientes no pierde ni un poco su sabor.
Sanas, sencillas y sabrosas, listas en cuestión de poquísimos minutos, son las protagonistas de exquisitos bocados.
Pequeñitos, verdes muy verdes y sobretodo, muy sabrosos, los pimientos de padrón son originarios del huerto de la parroquia del pueblo gallego de Padrón, en La Coruña. Son todo un clásico de la cocina gallega y la mejor temporada para comerlos es entre mayo y octubre, ya que durante estos meses es su época de cosecha.
Ahora que ya sabes que el post de hoy está dedicado a los pimientos de padrón, entremos en materia y busquemos respuesta a la pregunta del millón, ¿por qué unos pican y otros no?
¡Vamos a por ello!
Decía aquel refrán gallego «os pementos de Padrón, uns pican e outros non» y tan cierto. Lo que sucede en cuanto a que unos pican y otros no, tiene origen en la sustancia capsicina, la cual se encuentra en unas pequeñas vesículas del interior del fruto.
Esta sustancia defensiva es generada por la planta del pimiento en respuesta a determinados factores externos, de forma que una misma planta puede dar pimientos picantes y pimientos no picantes. Siendo así, el factor que más se atribuye a una mayor producción de pimientos picantes, son las altas temperaturas o la sequía.
Después de saber por qué unos pican y otros no, quizá te estés preguntando cómo diferenciar los unos de los otros y la respuesta para ello es que ¡no hay manera! Hay quién dice que los pequeños pican menos o que los que tienen forma retorcida pican más, pero lo mejor es dejar que la suerte decida por ti.
A que más de una vez te han dicho que beber agua durante las comidas dificulta la digestión. Quizá te lo hayas creído del todo o se te haya quedado rondando en la cabeza pero, ¿cómo de cierto es esto? Pues muy poco, y en el post de hoy vamos a contártelo.
Dicen que el agua diluye los jugos gástricos y sí, esto es cierto, pues el líquido elemento aumenta el volumen del contenido estomacal sin añadir una sola gota extra de ácido, lo cual provoca que las sustancias químicas creadas para romper los alimentos y convertirlos en una sustancia consumible, no sean tan efectivas como deberían serlo.
Indagando sobre el tema, nos hemos encontrado con el libro Comer o no comer del periodista español Antonio Ortí y las expertas en nutrición Ana Palencia y Raquel Bernacer, en el que dedican un capítulo entero a los mitos y verdades sobre el agua. En este, afirman que beber agua durante las comidas, estimula el funcionamiento de los riñones y contribuye a un buen equilibrio hídrico.
Por otro lado, escuchamos también acerca de aquellas dietas disociadas en las que no está permitido beber agua cuando se ingieren hidratos de carbono ya que supuestamente “dificulta la digestión”. Sin embargo, las especialistas en nutrición de Comer o no comer, señalan que esta medida provoca que alimentos como las papas, el pan, el arroz y otros ricos en carbohidratos engorden más.
Nuestro cuerpo está alrededor de un 70% compuesto por agua y sin duda, nos pide dos litros diarios de agua para mantenernos sanos y contar con una digestión ideal, por lo cual no podemos dejar pasar esta necesidad básica.
Y tú, ¿cada cuánto bebes agua? Compártenos tus rutinas en los comentarios y cuéntanos en qué momentos del día bebes agua. Finalmente, ¿con comidas o sin comidas? Nosotros, definitivamente todo el rato.
Oficialmente hemos recorrido un camino de más de un año. 2019 ha sido para nosotros muy importante, ya que es el primer año que caminamos juntos de principio a fin. Estos doce meses hemos recorrido un viaje que no habría podido darse de no ser por vuestra compañía, así que aprovechamos esta ocasión, estas fechas y especialmente este post para agradeceros por estar a nuestro lado y ser parte de nuestro crecimiento.
Sí, hoy somos capaces de decir que hemos tenido un 2019 de ensueño, un 2019 de anécdotas, un 2019 de aprendizajes, un 2019 de momentos, de alegrías de risas y lo más importante, un 2019 con vosotros.
¡Gracias! Desde Bálamo Restaurante os deseamos un 2020 cargado de la mejor energía, para que creéis con vosotros una bonita historia llena de momentos felices por contar.
Así es, esperamos poder acompañaros en vuestros más especiales momentos, en vuestras celebraciones de familia y fiestas de amigos. Llevar este 2019 de ensueño a un 2020 de armonía, amor y paz.
La tradición y las costumbres familiares son dos elementos que se juntan con la gastronomía en estas épocas navideñas, no tenemos navidades sin langostinos, carnes, turrones o polvorones, ¿verdad? Aquí nos surge una pregunta, y es ¿de dónde provienen estas tradiciones gastronómicas? ¿Por qué reunirse a comer? Vamos a ver…
Nos remontamos a la llegada del ferrocarril, el cual permitió repartir por todo el país alimentos que hasta entonces habían sido únicamente locales y difícilmente podían conseguirse, como los mazapanes de Toledo, los polvorones y mantecados andaluces, los jamones ibéricos, el pescado y los mariscos cantábricos, los embutidos de Extremadura, entre muchos otros.
Dicho lo anterior, podemos decir que el menú navideño se estandarizó en las grandes ciudades a lo largo del siglo XX, con toda una fusión de alimentos de todo España.
Pero, ¿por qué reunirse a comer?
Alrededor de una mesa pasan muchas cosas, se trate de una comida/cena en familia, de amigos o entre compañeros de trabajo, degustar de la gastronomía en compañía de personas que han sido parte del año que se acaba, es una manera de celebrar la compañía, los momentos, las risas, y en general, es un momento de agradecerse mutuamente.
Sentarse a comer se traduce en la creación de un lazo social, es un momento en el que convergen actitudes, sentires, posturas, palabras, gestos y rituales y es que al final, la gente no sólo se reúne a comer, se reúne a beber, a charlar y sobre todo a festejar, porque no hay buen festejo sin comida compartida.
No importa con quienes comas en estas navidades, si lo hacéis en Bálamo, tendréis una comida para no olvidar nunca.
Porque diciembre es toda una celebración, y no hay verdadera celebración sin champagne, en el post de hoy os vamos a contar unas cuantas curiosidades de está burbujosa bebida, para que sorprendáis a los vuestros con estos datos que seguro no conocen, pero tú sí que estás por conocer.
¡Cheers!
La primera botella de vino espumoso fue creada por un monje
Dom Perignon, que si no es vuestra favorita al menos la conocéis, ¿verdad? Pues fue gracias a nada más y nada menos que al monje Dom Perignon (1636-1715) a quien se le atribuye esta bebida, ya que durante 47 años fue el responsable de la bodega de la Abadía de Hautvillers y quien, por casualidad, encontró la manera de hacer un vino con burbujas.
Las burbujas pueden durar hasta tres días
Si tenéis el tapón y queda más de la mitad de la botella, las burbujas pueden llegar a durar entre 2 y 3 días. Sin embargo, nuestra recomendación es que os bebáis la botella entera una vez abierta, ya que luego el sabor cambiará un poco y es que estando en navidades, lo que os hará falta en lugar de tapones, seguro que serán más botellas.
Champagne sólo hay uno
Así es, encontramos que alrededor del mundo hay bodegas y regiones vinícolas que producen vinos espumosos a través de los mismos métodos, pero realmente sólo se puede llamar champagne a los vinos elaborados en la región francesa con su mismo nombre. Es una denominación de origen con procesos establecidos y uvas concretamente seleccionadas.
El baño de Marilyn Monroe
La actriz y modelo hizo realidad su sueño de darse un baño de champán. Para ello se abrieron 365 botellas que representan alrededor de 262 litros.
¿Cómo beberlo?
Frío, pero no helado, la temperatura ideal es de 8ºC, si se hace por debajo de esa temperatura se pierden algunos de sus aromas, aunque también hay expertos que advierten que algunas variedades deben ser preferiblemente consumidas entre 10-11ºC para que afloren todas sus cualidades.
Ah, y en compañía, para brindar y celebrar durante estas fiestas.
Es cierto que para algunos el comer ostras significa pegar un sorbo de agua de mar, pero para otros, es sencillamente uno de los bocados más exquisitos. Así que ames o no a este molusco, en nuestro post de hoy es el protagonista, de la mano de unas cuantas curiosidades que seguramente no conocías.
¡A la marcha capitán!
Ostras afrodisíacas: así es, lees bien, son un marisco afrodisíaco y ya en la época de los romanos, eran consideradas un estimulante.
Pequeñitas, pero: una sola ostra puede llegar a filtrar más de 200 litros de agua del mar en tan solo 24 horas.
Cubren de nácar cualquier elemento que penetre la concha y represente un peligro, dando así origen a las perlas.
A diferencia de otros moluscos, el tamaño de su cerebro es mucho más pequeño que el tamaño de sus ojos.
Mucho hierro, sí señor: 100 gramos de ostras contienen el mismo contenido de hierro que 100 gramos de hígado de vacuno.
Su reproducción, bastante particular: la ostra plana cambia de sexo cada año. El resto de las especies de ostras mantienen su sexo de nacimiento durante toda su vida. La ostra (hembra) expulsa sus huevos en el agua y deja que la corriente los arrastre y será el macho el que los fecunde expulsando los espermatozoides sobre los huevos.
Son buenas para el corazón: al ser un marisco rico en ácidos grasos y omega, resultan ideales para cuidar el sistema cardiovascular y prevenir enfermedades de este tipo.
Son buenas para el cabello y las uñas: sí, su consumo tiene estos efectos al ser rica en proteínas como la elastina, previniendo arrugas y flacidez, y ayudando a tener uñas y cabello más resistentes y brillantes.
¿Ya te sabías alguna de estas curiosidades? A nosotros nos encanta compartir curiosidades de nuestros platos favoritos, así que si te sabes alguna que no esté aquí, cuéntanos en los comentarios.
Ah! Y No te puedes ir de Bálamo sin probar las deliciosas ostras.
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