Te contamos cómo preparamos nuestras chips caseras

Te contamos cómo preparamos nuestras chips caseras

Nuestras deliciosas chips caseras dan mucho de qué hablar y es por ello, que en el post de hoy os vamos a contar cómo las preparamos. Os animamos a que las preparéis igual en casa.

  1. Lavamos las patatas con agua fría, dejándolas un minuto bajo el chorro de agua
  2. Pasamos a pelarlas a través de nuestra máquina. Vosotros las podéis pelar manualmente con un cuchillo o con un pelador directamente.
  3. Posteriormente, nosotros pasamos las patatas ya peladas por la máquina cortadora. Vosotros podéis hacer este paso manualmente como el anterior, cortando las patatas en rodajas muy finas.
  4. Ponemos a calentar aceite de oliva virgen extra, una vez esté hirviendo, colocamos las patatas en la freidora, alrededor de siete minutos (dependiendo de la cantidad)
  5. Luego las sacamos y las colocamos encima de una servilleta para que escurra el aceite.
  6. Finalmente, espolvoreamos sal al gusto y ¡voilá!

Así es como nuestras patatas pasan a ser esas deliciosas chips caseras crujientes que muchos deseáis. Ahora que tenéis nuestra receta, podéis poneros manos a la obra. No olvidéis contarnos qué tal os quedaron.

https://youtu.be/KFjfFt2-W-s

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Las navajas: un aperitivo marino

Las navajas: un aperitivo marino

Si hablamos de aperitivos fáciles, rápidos y deliciosos, sin duda tenemos que hablar de las navajas. Pero antes de empezar, ¿sabemos qué son y de dónde vienen? Primero vamos a enterarnos un poquito.

Las navajas son un molusco bivalvo que habitan en los fondos del mar, más exactamente, se encuentran enterradas en la arena, donde excavan agujeros verticales hondos. Lo que es una curiosidad, es que estos agujeros tienen forma de ocho y además, suelen medir alrededor de 50 centímetros de profundidad. Por todo lo largo de estos agujeros, las navajas se desplazan dilatando su pie para captar y filtrar los nutrientes disueltos en el agua.

¡Y es que nos encanta su sabor a mar!

Sea cual sea su cocción, a la plancha o al vapor, son uno de nuestros aperitivos favoritos evidentemente por su sabor, y es que, ¿a quién no le encanta mojar el pan en el aceite que las acompaña aliñado de ajo, perejil y limón? A nosotros se nos hace la boca agua de solo pensarlo. Y aquí es cuando podemos confirmar que aquella frase de cajón “menos es más” es totalmente acertada, ya que este aperitivo al ser aliñado con tan pocos ingredientes no pierde ni un poco su sabor.

Sanas, sencillas y sabrosas, listas en cuestión de poquísimos minutos, son las protagonistas de exquisitos bocados.

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¡Ostras, qué ostras!

¡Ostras, qué ostras!

Es cierto que para algunos el comer ostras significa pegar un sorbo de agua de mar, pero para otros, es sencillamente uno de los bocados más exquisitos. Así que ames o no a este molusco, en nuestro post de hoy es el protagonista, de la mano de unas cuantas curiosidades que seguramente no conocías.

¡A la marcha capitán!

  • Ostras afrodisíacas: así es, lees bien, son un marisco afrodisíaco y ya en la época de los romanos, eran consideradas un estimulante.
  • Pequeñitas, pero: una sola ostra puede llegar a filtrar más de 200 litros de agua del mar en tan solo 24 horas.
  • Cubren de nácar cualquier elemento que penetre la concha y represente un peligro, dando así origen a las perlas.
  • A diferencia de otros moluscos, el tamaño de su cerebro es mucho más pequeño que el tamaño de sus ojos.
  • Mucho hierro, sí señor: 100 gramos de ostras contienen el mismo contenido de hierro que 100 gramos de hígado de vacuno.
  • Su reproducción, bastante particular: la ostra plana cambia de sexo cada año. El resto de las especies de ostras mantienen su sexo de nacimiento durante toda su vida. La ostra (hembra) expulsa sus huevos en el agua y deja que la corriente los arrastre y será el macho el que los fecunde expulsando los espermatozoides sobre los huevos.
  • Son buenas para el corazón: al ser un marisco rico en ácidos grasos y omega, resultan ideales para cuidar el sistema cardiovascular y prevenir enfermedades de este tipo.
  • Son buenas para el cabello y las uñas: sí, su consumo tiene estos efectos al ser rica en proteínas como la elastina, previniendo arrugas y flacidez, y ayudando a tener uñas y cabello más resistentes y brillantes.

¿Ya te sabías alguna de estas curiosidades? A nosotros nos encanta compartir curiosidades de nuestros platos favoritos, así que si te sabes alguna que no esté aquí, cuéntanos en los comentarios.

Ah! Y No te puedes ir de Bálamo sin probar las deliciosas ostras.

 

Platos para los más peques

Platos para los más peques

En Bálamo nos gusta veros disfrutar a toda la familia al completo. Por eso, los más peques de la casa tienen también su espacio de ocio en el jardín infantil La Playa de Bálamo, con toboganes, colchonetas, etc., donde se lo pasan en grande.

A lo largo de este casi primer año de vida de Bálamo, sois muchos los que nos habéis solicitado recomendaciones de platos de nuestra carta para que puedan pedir los peques. Estas son nuestras recomendaciones que creemos que son fáciles para ellos.

Como entrantes:

  • Unas tradicionales croquetas de jamón, suaves y cremosas. Seguro que les encantan a los más pequeños de la casa, y a los que no son tan pequeños también.
  • Un delicioso lacón ibérico. Con una textura muy blandita. Un auténtico manjar que seguro que querrán volver a pedir otro día.
  • Una ración de jamón, una opción que podéis pedir para compartir toda la familia. Porque ¿a quién no le gusta una ración de jamón?

Y de plato principal:

  • Unas blanditas delicias de merluza con alto contenido en vitaminas. ¡Muy fáciles de comer! Y además muy sanas.
  • Chipirones a la andaluza, tiernos y crujientes. Si pides este plato le darás a tu hijo vitaminas y nutrientes muy importantes como el yodo, potasio, calcio, proteínas, magnesio etc.
  • Y sí son más de carne, también hay para ellos. Podéis pedir unas chuletitas de lechal (foto), con las que seguro se chuparán los dedos. Además, vienen con unas chips caseras que seguro que los padres no podréis evitar quitarles alguna…

 

En Bálamo queremos que os sintáis toda la familia como en casa. Y si tenéis cualquier duda, nuestros compañeros de sala estarán encantados de ayudaros.

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¿Quién se resiste a un postre?

¿Quién se resiste a un postre?

Después de grandes comilonas siempre nos apetece un postre, y es que, ¿quién se puede resistir a estos pequeños pecados?

La historia de los postres empezó en la Antigua Roma, los “secundae mensae, así es como les llamaban. Organizaban grandes festines donde había una gran variedad de platos, y una de las tradiciones que se solía hacer durante estas comidas tan abundantes era comer dulces cuando se cambiaba de un plato salado al siguiente. Estos solían ser fruta de temporada y distintos panes con levadura y miel, ya que la oferta antiguamente era bastante limitada. Además, los romanos fueron los encargados de distinguir por primera vez un pastelero de un panadero e introdujeron el oficio de “pastillariorum”. En España con el descubrimiento de América en el siglo XV, la miel dejó de ser el endulzante de los postres, y el chocolate pasó a ser el ingrediente estrella de estos. Por otra parte, el desarrollo del hojaldre se inició en Francia en el siglo XVIII, lo que significó el comienzo de la pastelería moderna. Más tarde apareció la bollería vienesa y la popularización del croissant.

En Bálamo, como grandes amantes del dulce tenemos deliciosos postres para los más golosos. Uno de los preferidos de nuestros clientes son las Filloas con helado de leche, una elaboración totalmente casera, cuyos ingredientes son básicos y que destacan por su textura fina. El flan de queso también es de los más demandados, cremoso y con un sabor muy auténtico. Podrán elegir tartas tradicionales, como la de queso, manzana y hojaldre. Por otro lado, los amantes del chocolate no sé podrán resistir al brownie de chocolate o a nuestra tarta más especial, la tarta de oreo.

Ya sabes, ¡guarda sitio para el postre!

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Las croquetas Bálamo en tu lista de imprescindibles

Las croquetas Bálamo en tu lista de imprescindibles

En el post de hoy vamos a hablar de un plato al que es difícil resistirse y que es un símbolo de nuestra gastronomía: las croquetas.

La palabra viene del francés “croquer” que significa “crujir” y es que este manjar, aunque cueste creerlo, se elaboró por primera vez en Francia. La primera receta data de 1691. Ese mismo año se publicó el recetario de François Massailot, un cocinero muy famoso de aquella época. En este libro nombraba en numerosas ocasiones las croquetas, pero hacía referencia a ellas con la palabra “croquets» y su aspecto era distinto. Eran bolitas hechas de picadillo a base de carne, huevo, trufa y hierbas.

En España, los primeros indicios de este plato fueron durante la Guerra de Independencia. En la minuta de una cena ofrecida en 1812 a las tropas inglesas, se referían a ellas como “un frito de croquetas”. En aquella época se elaboraban para aprovechar la carne que sobraba de los cocidos y de los estofados.

Actualmente, se ha convertido en uno de los entrantes preferidos para abrir el apetito. Su secreto está en que debe ser cremosa por dentro y crujiente por fuera. Es fundamental que la temperatura del aceite ronde los 180 grados para que no se quemen ni se rompan. Para conseguir un empanado perfecto, la harina, el huevo batido y el pan rallado son esenciales. A la hora de freírlas es mejor echarlas poco a poco y al retirarlas colocarlas sobre un plato con papel de cocina para que se absorba todo el aceite.

En Bálamo, tenemos dos variedades: de jamón y de carabineros. Las dos tienen sabores exquisitos y texturas inigualables. Cuidamos al detalle su elaboración, son caseras y siempre apostamos por una materia prima de primera calidad.

¿Las has probado?

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*Foto de Nacho Alcalde