Tarta de queso

Tarta de queso

Entre los diversos postres que tenemos en Bálamo, no podía faltar nuestra tradicional tarta de queso, uno de nuestros tops de la carta. Elaborada en un obrador totalmente artesanal, será imposible que te resistas a ella.

Si eres amante de estas tartas sabrás que son varias las opciones a la hora de realizarla y que conseguir la cremosidad perfecta no es tan fácil como parece. 

Pero ¿conoces su origen? Si quieres saberlo no te puedes perder el post de hoy, ¡te lo contamos todo!

Origen de la Tarta de Queso:

La tarta de queso tal y como lo conocemos ahora es el resultado de muchas modificaciones a lo largo de miles de años y se cree que su nacimiento se remonta a la Antigua Grecia, donde servía de alimento a los atletas que participaban en los antiguos juegos olímpicos.

En aquellos tiempos simplemente se calentaba el queso triturado en una cacerola de cobre con miel y harina para posteriormente dejarlo enfriar y servir. Cuando Grecia fue conquistada por los romanos, estos modificaron la receta incluyendo huevo y horneándola entre ladrillos calientes. 

Fue así como se comenzó a popularizar una nueva receta mucho más similar a la que tenemos en la actualidad. Poco a poco los romanos comenzaron a moverse conquistando territorios y llevando con ellos sus costumbres y recetas con lo que la tarta de queso se expandió por todo el mundo. 

Ya en la Edad Media, con la llegada del dulce a los diferentes países europeos y americanos, la receta original impuesta por los romanos comenzó a sufrir modificaciones y esta tarta se empezó a elaborar de forma general.

Interesante, ¿verdad?  ☺

Porque no hay mejor forma para terminar una buena comilona que con un sabroso postre, ven a Bálamo y disfruta de este clásico y delicioso manjar. 

Haz tu reserva aquí.

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Tardeo en Alta Mar

Tardeo en Alta Mar

Hace un tiempo ya que la gente prefiere salir antes y aprovechar así la tarde, una costumbre cada vez más extendida entre gente de todas las edades. Por eso, en Bálamo te invitamos a que disfrutes del tardeo en Alta Mar, uno de nuestros espacios estrella.

¿No sabes de dónde viene el concepto “tardeo”? ¡Te lo contamos!

Como su propio nombre indica, consiste en tomar algo por la tarde. Es decir, a partir de las 18:00h más o menos. El producto estrella de esta franja horaria son las bebidas, pero, ya que es una franja que suele alargarse, la comida también acaba ocupando un lugar. Su nombre es, de hecho, el resultado de la suma de las palabras “tarde” y “tapeo”.

Aunque ahora está más de moda que nunca, hace ya mucho tiempo que existe. Y es que la jornada diurna también tiene multitud de ventajas. Y, de esta forma, no solo aprovecharás mucho más la tarde, sino que, al terminar a una hora prudente, también podrás disfrutar de la mañana del día siguiente. Una muy buena forma de adaptarse a las circunstancias actuales de restricciones horarias.

ALTA MAR

Alta Mar, ¡el espacio perfecto para el tardeo!

Está ubicado en la planta superior de nuestro restaurante y es perfecto para copas, celebraciones y actuaciones. Cuenta con 700 m2 y un sinfín de estrellas en el techo, con las que seguramente os trasladaréis a un espacio mágico. Además, desde aquí tienes una vista espectacular de nuestro jardín vertical interior.

Alta Mar

La sala Alta Mar está abierta los sábados y domingos de 16h a 21h y contamos con sesión de DJ. Y, como el resto de nuestras salas y espacios, cumple con todas las medidas de higiene y seguridad necesarias para que disfrutes de una experiencia agradable y segura. 

¿A quién no le gusta tomar algo en buena compañía a media tarde escuchando buena música? Haz tu reserva aquí.

 

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Claves para maridar el vino

Claves para maridar el vino

Maridar el vino y la comida tiene como principio básico el potenciar el sabor y la textura de ambos, con el fin de disfrutar al máximo de los ricos caldos y de excelente gastronomía. Maridar es crear una experiencia única en cada bocado. Os contamos las claves para maridar el vino.

El concepto de maridaje ha evolucionado con el tiempo y varía, por supuesto, según el gusto y la elección de cada comensal.

Hasta no hace mucho, existían unas premisas más o menos marcadas de cómo debía realizarse el maridaje de los vinos con los diferentes platos.

Por ejemplo, se seleccionaban vinos blancos para el pescado y marisco, vinos tintos para la carne. Pero hoy en día, con la aparición de nuevas bodegas y tipos de vino, estas premisas ya no están tan claras y se complican un poco más.

Elegir un buen vino para los platos que se van a degustar, depende de muchos factores, como su cocinado, el tipo de producto y, como decíamos y el más importante, el gusto de cada uno de nosotros.

Nuestras recomendaciones a la hora de maridar son las siguientes:

  1. Ordenar los platos y vinos según su intensidad

A la hora de elegir los diferentes vinos para una comida, tenemos que pensar que hay una estructura muy simple, como a la hora de elaborar un menú, en el que el orden de los platos tiene un sentido. Por ejemplo, no empezamos con un postre, para seguir con una carne roja y terminar con unos entrantes. Pues con el vino hay que hacer el mismo ejercicio, no podemos empezar la comida con el vino que tenga más cuerpo y seguir con uno más ligero, ya que esto haría que el segundo resultara insípido.

De ahí que, por lo general, acompañemos los entrantes y primeros platos con vinos blancos o rosados, seguidos de vinos tintos jóvenes, tintos más maduros, y finalmente, rematemos el menú con vinos generosos y dulces.

  1. Buscar el equilibrio entre el peso del plato y el peso del vino

¿Y con esto qué queremos decir? Es sencillo de entender, el peso de cada plato viene marcado por los productos utilizados en su elaboración, si son grasos, si tienen sabores muy intensos o más ligeros.

En el vino, el peso lo marca la intensidad de su sabor y su cuerpo. La escala de más ligero a con más peso sería esta: blancos jóvenes, seguidos de blancos más estructurados y blancos con fermentación en barrica, rosados, tintos jóvenes, crianza, reserva y gran reserva.

  1. Maridar por semejanza o por contraste

Este punto es más fácil de entender. Hay dos maneras de maridar los vinos y los platos, y es por su similitud en el gusto o por su contraste.

Si los maridamos por sus características similares podemos maridar un postre (dulce) con un vino blanco dulce, o una carne roja con un tinto. Se van a complementar de forma natural, sin estridencias.

Si por lo contrario, el maridaje se hace por contraste, lo que vamos a buscar es maridar para buscar sensaciones opuestas. Por ejemplo, un vino dulce con una comida con mucho sabor y salada. Esto puede hacer que se compensen creando un punto medio perfecto, sin perder los sabores extremos de cada uno.

  1. La importancia del cocinado

El tipo de cocinado de los platos y los condimentos utilizados, son dos factores importantes a la hora de elegir el vino. Cuanto más compleja sea la elaboración, menos peso debe tener el caldo que la acompañe, y al revés. Por ejemplo, una carne roja a la plancha puede maridar a la perfección con un crianza o un reserva que potenciará el sabor de la carne. (menor peso del plato, compensado con el mayor peso del vino).

Pero nuestro mejor consejo es experimentar y elegir vinos y platos que nos gusten e ir probando cómo maridan. Y si no te decides, déjate aconsejar por los maîtres de Bálamo.¡tendrás un maridaje perfecto!

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¡Ostras, qué ostras!

¡Ostras, qué ostras!

Es cierto que para algunos el comer ostras significa pegar un sorbo de agua de mar, pero para otros, es sencillamente uno de los bocados más exquisitos. Así que ames o no a este molusco, en nuestro post de hoy es el protagonista, de la mano de unas cuantas curiosidades que seguramente no conocías.

¡A la marcha capitán!

  • Ostras afrodisíacas: así es, lees bien, son un marisco afrodisíaco y ya en la época de los romanos, eran consideradas un estimulante.
  • Pequeñitas, pero: una sola ostra puede llegar a filtrar más de 200 litros de agua del mar en tan solo 24 horas.
  • Cubren de nácar cualquier elemento que penetre la concha y represente un peligro, dando así origen a las perlas.
  • A diferencia de otros moluscos, el tamaño de su cerebro es mucho más pequeño que el tamaño de sus ojos.
  • Mucho hierro, sí señor: 100 gramos de ostras contienen el mismo contenido de hierro que 100 gramos de hígado de vacuno.
  • Su reproducción, bastante particular: la ostra plana cambia de sexo cada año. El resto de las especies de ostras mantienen su sexo de nacimiento durante toda su vida. La ostra (hembra) expulsa sus huevos en el agua y deja que la corriente los arrastre y será el macho el que los fecunde expulsando los espermatozoides sobre los huevos.
  • Son buenas para el corazón: al ser un marisco rico en ácidos grasos y omega, resultan ideales para cuidar el sistema cardiovascular y prevenir enfermedades de este tipo.
  • Son buenas para el cabello y las uñas: sí, su consumo tiene estos efectos al ser rica en proteínas como la elastina, previniendo arrugas y flacidez, y ayudando a tener uñas y cabello más resistentes y brillantes.

¿Ya te sabías alguna de estas curiosidades? A nosotros nos encanta compartir curiosidades de nuestros platos favoritos, así que si te sabes alguna que no esté aquí, cuéntanos en los comentarios.

Ah! Y No te puedes ir de Bálamo sin probar las deliciosas ostras.